viernes, 5 de julio de 2013

Odio

Mmmm nada, soy disfuncional y escribo muchas cosas raras... aquí un ejemplo xD

______________________________
Tiempo, bastante tiempo ha pasado en que no me encontraba tan distraída de todo, abstraída, distante… no lo sé, ¿importa acaso?
Lo peor.
Lo peor es que lo ves, pero no lo notas o lo notas pero no te interesa. ¿Por qué habría de interesarte? Me ha quedado claro el lugar que ocupo en tu vida y éste es insignificante, cuando mucho se puede llamar lugar. Alguien con mayor tino le diría esquina y estaría siendo justo; esquina, espacio, pequeño trecho al que nadie quiere acercarse.
¿Me coloqué allí? ¿Me colocaste?
Ya no recuerdo en qué punto del camino, tú comenzaste a empujarme. No haciéndome a un lado, si no poniéndome atrás. Eso es mucho peor, quedarse atrás es como ser aquello que no va a volverse a repetir, ese “error” del pasado que con vehemencia se quiere olvidar. Esa cosa que uno apunta en su mente, como el tropiezo estúpido de andar con los ojos cegados.
Me conformaría saber que fui al menos algo que le dio forma a tu negación, vaya, no lo sé. Espero creer que allí radica todo ese desamor, tu odio, tu necesidad tan arraigada de “tú” y nada de yo.
Pero, ¿por qué justifico mis propios pensamientos? Me gustaría una vez en la vida, decir que estoy orgullosa de lo que creo y mantenerlo.
Cobardía.
Eso es lo siento, no temo odiarte… pero prefiero hacerlo en silencio. Hasta allí llega mi entendimiento, no sé por qué no hacerlo por completo. ¿Qué pierdes cuando todo está perdido? ¿Qué cambiaría si te digo que te odio? ¿Me odiarías acaso más? ¿Es esto una rencilla para ver quién lo soporta por más tiempo?
Sabes que me doy por vencida con facilidad, creo que me adivinaste al primer intento en que quisiste conocerme un poco. Y seguramente fue algo sin verdadera intención, se dio y me atrapaste.
No soy buena pretendiendo, pero pretender que te soporto parece un acto grabado a piedra en mi rostro. El número central de una escena que tú y yo llevamos largo tiempo interpretando. Entonces, ¿para qué variar? Espero que mueras sufriendo, espero que te duela el más allá y… no lo espero también.
Porque es extraño.
Extraño ese maldito modo de amar, donde me odias sin medidas y me admiras en soledad. Esperas algo de mí que ya no sé si pueda lograr, quizás no quiera… quizás.

Entonces aguardemos por ese momento en que nos miremos rendidas de tanto luchar. En donde por fin admitamos que esta guerra, la gana la primera que aprenda a perdonar. Pero ten cuidado que tal vez me canse antes de lo pensado y acabe definitivamente, con este único “bien” que me has heredado.   

1 comentario:

  1. En serio, boluda, llevas mucho tiempo sin actualizar. Te he nominado porque sé que no te gusta y para ver si mueves esto.
    http://ignacio-german.blogspot.com.es/2013/11/liebster-awards.html

    ResponderEliminar